Oveja Errante

 


Oveja errante fuí, del aprisco me aparté;
la tierna voz de mi Pastor constante desprecié.
Un “pródigo” yo fuí, y andando al azar,
del Padre yo me olvidé, dejando el buen hogar.


Siguióme el buen pastor; mi Padre me buscó;
con tierno y persistente amor, y lejos me encontró.
Perdido estaba ya, caído y todo ruin,
Mas en su seno recibió al “pródigo” por fin.


No quiero mas errar en triste soledad,
Deseo siempre disfrutar su dulce caridad.
Jesús es mi Señor; el guía me será;